viernes, abril 27, 2007

HABITA LA RATA MONTIEL RESERVA ECOLÓGICA

Inmueble del ex gobernador del estado de México, Arturo Montiel, en la costa de Jalisco, donde denuncian que la Profepa autorizó la construcción a pesar de que se trate de una reserva ecológica (Foto: Saúl Navarro/EL UNIVERSAL)

SACATRAPOS CO-MENTA:

Para tener la casa de tus sueños a veces hace falta ser una rata asquerosa y otra cosita.

El pútrido ex-gobernador RATuro Montiel invirtiendo el dinero que con el sudor de su frente se robó del erario y teniendo mínima progenitora, se fue a asentar en una reserva ecológica para construir la casa de sus sueños, que así nomás desde lejitos parece valer una millonada sin contar los sobornos que debió repartir entre los miserables funcionarios de la PROFEPA.

En esa reserva ecológica de la costa jalisciense, la única fauna que parece haber asegurado su supervivencia es la familia de la RATA MONTIEL.


martes, abril 17, 2007

VARGAS LLOSA HABLA DE NUEVO

MARIO VARGAS LLOSA CRITICA A AMLO
Emiliano Ruiz/REFORMA

Ciudad de México(17 abril 2007).-El escritor peruano Mario Vargas Llosa celebró ayer la victoria de Felipe Calderón en la elección presidencial de 2006, porque --dijo-- así México se salvó de un populismo en la línea de la Venezuela de Hugo Chávez.

"Me alegré mucho de que Felipe Calderón ganara las elecciones, aunque fuera por una mayoría muy pequeña, porque creo que tanto el programa como la conducta de (Andrés Manuel) López Obrador dejaban muchísimo que desear.

"No era una conducta que se pueda llamar democrática", afirmó.

En entrevista con REFORMA, el autor de La ciudad y los perros criticó el bloqueo al Paseo de la Reforma.

"Fue muy mal perdedor, y probablemente eso desencantó a muchos de sus partidarios que se habían ilusionado con su candidatura.

"No sé si hubiera llegado a los extremos de Chávez. Tal vez no, pero esa democracia de barricada callejera conduce a lo que ha llevado a Venezuela. La cordura prevaleció dentro del electorado mexicano", agregó.

Añadió que la izquierda mexicana debe asumir una postura similar a la que tiene la chilena: apoyar el mercado y la apertura económica.

"Había una posibilidad muy seria de un retorno al populismo que hubiera sido muy perjudicial, no sólo para México sino un pésimo ejemplo para Latinoamérica.

"Y eso se ha salvado, un poco por los pelos, pero se ha salvado, y es un hecho muy positivo en un contexto donde hay elementos muy inquietantes en la región", dijo.

'Dejó Fox frustración'

El escritor peruano asegura que es Ernesto Zedillo y no Vicente Fox quien debe ser considerado iniciador del proceso de democratización en México.

Aunque tiene un balance positivo del Presidente que puso fin a la "dictadura perfecta" del PRI, considera que la falta de reformas en el sexenio pasado generó un sentimiento de frustración.

Ahora, dice, Felipe Calderón tiene la oportunidad de concretar las reformas económicas para "democratizar la propiedad pública", lo cual incluye el petróleo.

Vargas Llosa realiza una breve visita a México para participar en el Seminario Internacional "América Latina, ¿integración o fragmentación?" con intelectuales como Francis Fukuyama y Eric Hobsbawm.

¿Qué ha sido de "la dictadura perfecta"?

No era tan perfecta, afortunadamente para México y América Latina, porque la evolución que ha tenido México ha sido muy positiva. El periodo del PRI dejaba muchas incertidumbres sobre cómo sería la transición a la democracia, y ha sido una transición pacífica. Mi impresión es que la democracia se está fortaleciendo y arraigando cada vez más. Ojalá que la historia del PRI quede como cosa del pasado.

¿Cuál es su valoración del PAN en el poder y de Vicente Fox como Presidente de la alternancia?

Fox en el campo político y en lo que se refiere al proceso de democratización que en realidad se inicia con Zedillo —hay que reconocerle a Zedillo una labor de iniciador del proceso de democratización—, de las libertades públicas y de la libertad de expresión, el balance es positivo. Quizá las otras reformas que debieron hacerse no se hicieron y eso ha dejado un sentimiento de frustración.

Pero si uno contempla el panorama de América Latina, México es uno de los países que va en la buena dirección. No retrocede.

Ha pasado una prueba difícil, las últimas elecciones, donde había una posibilidad muy seria de un retorno al populismo, que hubiera sido muy perjudicial no sólo para México sino un pésimo ejemplo para Latinoamérica, y eso se ha salvado —aunque un poco por los pelos pero se ha salvado— y es un hecho muy positivo en un contexto donde hay elementos muy inquietantes en América Latina.

Chávez no solamente tiene esos delirios mesiánicos, sino que además tiene mucho dinero, que está gastando de una manera absolutamente irresponsable para promover sus políticas sobornando gobiernos, imponiendo unas líneas simplemente catastróficas. Así que hechos como la elección en el Perú, la elección en México, han sido un contraste bastante esperanzador.

¿Si se reuniera con el Presidente Felipe Calderón qué le diría, ahora que está empezando su gobierno?

Que haga las reformas sociales que son tan importantes para que la democratización no tenga solamente un carácter político. Muchas veces la democracia ha fracasado porque quedaba confinada en el ámbito político y en el campo social. En lo económico se mantenían las viejas instituciones y los viejos hábitos.

El Presidente Calderón tiene una oportunidad realmente magnífica para hacer esas reformas, para acabar con los privilegios, porque es básicamente una lucha contra los privilegios económicos y dar una oportunidad al conjunto de la sociedad a realizar sus propios ideales, sus propios anhelos en un ambiente de competencia, de apertura.

¿Y qué le diría a Andrés Manuel López Obrador que perdió por medio punto y fue nombrado por sus seguidores "Presidente legítimo"?

Fue muy mal perdedor y probablemente eso desencantó a muchos de sus partidarios que se habían ilusionado con su candidatura. Me alegré mucho de que Calderón ganara las elecciones aunque fuera por una mayoría muy pequeña porque creo que tanto el programa como la conducta de López Obrador dejaban muchísimo que desear, no era realmente una conducta que se pueda llamar democrática.

¿Estaba dentro de esa línea populista de América Latina?

Yo creo que sí. No sé si hubiera llegado a los extremos de Chávez, tal vez no, pero esa democracia de barricada callejera conduce a lo que ha llevado a Venezuela. Me pareció un síntoma muy inquietante. La cordura prevaleció dentro del electorado mexicano.

En su campaña presidencial planteaba la privatización de empresas públicas. ¿Esa es una reforma que le haría falta a México, en particular con la industria petrolera?

Por supuesto que sí. No solamente porque está demostrado hasta la saciedad que los gobiernos no son buenos administradores. Son siempre una fuente de favoritismo y corrupción y hay una presión casi irresistible para que manejen políticamente las empresas a su cargo, sino porque privatizando las empresas públicas los gobiernos tienen un instrumento eficiente para democratizar la propiedad.

¿Cuál cree que debe ser el papel de México en una América Latina de izquierdas?

Lo que ocurre en México es demasiado importante para que sólo los mexicanos se ocupen de México. Todos los latinoamericanos debemos tener una gran participación y nos conviene muchísimo que México sea muy pronto lo que ha sido Chile en los últimos años.

Ahí hemos visto una izquierda responsable, que en lugar de jugar la carta demagógica y quedar aferrada a las recetas del pasado: nacionalismo económico, estatismo, economía dirigida, ha asumido el ejemplo del socialismo democrático europeo a favor del mercado, la apertura, la inversión, de la empresa privada y la preocupación social en el desarrollo económico y la creación de igualdad de oportunidades.


Hace 17 años en su campaña presidencial enfrentó una campaña de difamación y al aparato de gobierno volcado en su contra, ¿vio similitudes con la elección mexicana?

El contexto era muy distinto porque en la elección en el Perú había prácticamente una guerra civil. No era solamente terrorismo y contraterrorismo. Había matanzas espantosas, una hiperinflación resultado de las políticas populistas del primer gobierno de Alan García, quien parece haber aprendido la lección. En esas condiciones la campaña tuvo una virulencia y una ferocidad enormes que creo, felizmente, no se ha dado en México.

¿Cómo mira esa aventura política ahora que Fujimori está en arraigo domiciliario?

Lo hice por razones más cívicas y morales que políticas y desde luego fue una frustración perder las elecciones porque con muchísima gente trabajamos preparando un programa que, creo, era el que Perú necesitaba. No lo lamento porque para un escritor no hay una experiencia mala. Aprendí que no soy político.

Muchas de esas ideas que parecían tan marginales y excéntricas hoy en día son populares en Perú. La prueba es que Alan García, que fue el peor enemigo de esas ideas, hoy las practica y gracias a ello el Perú está creciendo económicamente y está menos mal de lo que estaba.

En otros países de la región ocurre lo contrario: en Venezuela Chávez goza de enorme popularidad; en Ecuador Correa tiene respaldo para convocar a asamblea constituyente...

En América Latina hay un retorno del populismo: Bolivia, Ecuador... Vamos a ver a (Rafael) Correa (presidente de Ecuador), pero da la impresión de que va a ser otro de los instrumentos de Chávez.

¿Por qué pierden los liberales reformistas en esos países de América Latina?

En muchos casos porque el liberalismo es una bestia negra. Se ha convertido en algo con lo que se identifica a la injusticia, al privilegio. Muchas de las supuestas reformas liberales fracasaron por la corrupción, porque no se hicieron de una manera democrática y liberal sino para transferir privilegios y monopolios del Estado.

¿Con Carlos Salinas ocurrió así?

Salinas, Menem, Fujimori, son casos típicos de gobernantes que supuestamente hicieron reformas liberales. En realidad eran reformas mercantilistas que pasaban empresas públicas a empresas privadas para favorecer a determinados grupos próximos, que además permitieron una corrupción vertiginosa.

¿Ve al PAN capaz de hacer esto en las libertades políticas y sociales?

Uno debe aceptar la realidad y jugar con lo que tiene. No tiene México un partido liberal moderno y creo que en América Latina no existen esos partidos todavía.

El PAN ha sido un instrumento de transición democrática en México. Eso no se puede negar. Hay libertades, derechos de crítica, las elecciones no son manipuladas, no están arregladas. Es un progreso extraordinario.

¿Y cómo influye en América Latina una transición que se inicia en Cuba?

La Revolución Cubana es un puro anacronismo, es un objeto casi arqueológico que, mucho más a la corta que a la larga, va a democratizarse. No creo que la Revolución sobreviva a Fidel Castro.

Hay que desear es que esa transición sea pronta y pacífica. Lo peor que podría ocurrir es que del castrismo pasara a una dictadura militar que llegara a un acuerdo con Estados Unidos y que los cubanos, como los rusos, después de Fidel Castro tuvieran una especie de Putin, un dictadorzuelo con retórica democrática.

No se puede descartar porque, como lo único más o menos sólido que hay en Cuba es el Ejército, el Ejército va a heredar al final el poder.

¿Cómo afecta a Chávez y a la región?

Hay todavía unos nostálgicos que todavía hablan de Cuba de una manera mítica, pero de hecho Cuba no es un ejemplo para nadie. No hay nadie que quiera imitarla.

El problema es Chávez. Afortunadamente hay muchos venezolanos que resisten aunque no hay que olvidar que a Chávez lo eligieron siete veces en elecciones más o menos libres, de tal manera que la responsabilidad de los propios venezolanos en lo que les está ocurriendo es muy grande. Es un aspecto que es doloroso pero hay una responsabilidad en las dictaduras y en los países que las sufren.

¿Es una dictadura?

Es un proceso de autoritarismo creciente. Muy claramente ha ido acumulando poder y recortando los espacios de libertad, lo que no impide que sea popular.

¿Puede haber en América Latina otra generación de dictaduras?

Espero que no. El proceso hasta ahora se paró. Parecía que Chávez era incontenible y que los gobiernos iban a ir cayendo uno tras otro, pero no ha ocurrido así. Lo que ha ocurrido en México, en Perú, Uruguay y Brasil, donde hay gobiernos que de alguna manera han contenido el proceso. Pero el problema está ahí y hay que mantenerse alertas y movilizados si no queremos que vuelva la América Latina de los dictadores.

FIN